sábado, febrero 09, 2008

Mientras hay vida hay esperanza

Como les había contado hace un par de semanas, la probabilidad de volver a mi ex trabajo se vino a tierra, pero sin embargo había surgido una nueva expectativa, esta vez en el sur de esta larga y angosta faja de tierra.
Pues bien, viajé en un solo día casi mil kilómetros, los que separan a mi querido Coquimbo con la ciudad bella de Concepción, lugar donde debí realizar una entrevista con una comisión de una importante institución pública, a la que postulaba como encargada de comunicaciones.
Sin embargo, esta tampoco fue mi oportunidad ya que optaron por un profesional oriundo de esas latitudes...si era casi obvio que así sería, pero mis ansias por hallar una nueva ventana laboral me hizo pasar por alto ese punto y arriesgarme con todo.
Pues bien, heme aquí nuevamente, en casa, buscando el anhelado trabajo, aquel tan esquivo para los miles de periodistas, cesantes ilustrados, que estamos en la misma condición...bendita carrera que nos muestra el pan que el mundo laboral nos restringe, pero bueno, la fe es lo último que se pierde y yo tengo mucha :)
Un abrazo a todos.

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