Ayer salí con mi tía a caminar un poco...No sabíamos qué rumbo emprender, la idea era sólo estirar un poco las piernas y hacer un pelín de ejercicio. Fue entonces cuando le propuse caminar hacia el sector donde se encuentra el colegio que me albergó durante toda mi etapa escolar, desde pre- kinder hasta 4º medio.
Es un colegio de monjas el Santa Marta, en el que estudiábamos sólo niñas...tiene sus ventajas pero tambien la desventaja del desnaturalizado estilo de vida en que no compartíamos con niños (entiéndase varones)..¡¡si la sociedad es mixta!!!, decíamos en aquellos tiempos.
Sin embargo, un par de años después de que salí de Cuarto Medio, comenzaron a aceptar niños en el colegio, en lo que sería una integración gradual, comenzando desde los niveles menores...Ayer, cuando pasé por fuera de aquel recinto donde pasé 14 años de mi vida, era la hora de salida de clases. Rostros de niños, niñas y jóvenes -las primeras generaciones de varones ya van en primero o segundo medio- todos ellos deconocidos para mi, estaban ahi.
Seguí junto a ellos la ruta que enfilaba cada día al salir de clases y me dio una nostalgia indescriptible. Recordar aquellos días que uno rogaba que terminaran, para ser "grande" y liberarse del yugo de las monjas, pero que ahora uno añora cada vez más. Aquel estado en el que tu único deber era estudiar y sacarte buenas notas y que el resto del mundo giraba sin causarte la mayor preocupación.
Me gustaría a veces volver a esa época, pero como en un viaje hacia a trás en el tiempo, con las mismas compañeras, los mismos profes, algunos chantas, otros exigentes y otros bonachones.
Pero la vida sigue. Lo grandioso de haber hecho este recorrido "imaginario" por mi antigua vida escolar es reconocer que aquella fue una de las mejores épocas de mi vida. Como en la foto de arriba, año 1982, segundo básico B. Apenas recuerdo todos los nombres de mis compañeritas de entonces, de las cuales la mayoría se licenciaron junto conmigo en Cuarto Medio.
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